ACAMPADA NAGÜELES 2012

Este año comenzamos la acampada con grandes ilusiones, ya hacía calor y participaban 5 institutos (2 de Almería, uno de Málaga, uno de Sevilla y otro de Ceuta), las expectativas eran grandes.

Nos recibieron las tribus del mundo: África, Europa, América del Norte, América del Sur, Oceanía y Asia. Si todos contribuyéramos podríamos vivir en este planeta compartiendo y colaborando.

Montamos nuestras tiendas sabiendo que al día siguiente podría llover. Las montamos lo mejor que pudimos, pero…

…al día siguiente comenzó a llover y casi no paró en los tres días siguientes. Había agua por todos lados, tuvimos que volver a montar otra vez las tiendas porque algunas se habían mojado por dentro, y seguimos achicando agua los demás días.  Pero lo peor fue el frío, la temperatura bajó tanto que parecía puro invierno, el que menos llevaba 3 mangas, parecíamos cebollas. Las sudaderas estaban húmedas, pero también los sacos de dormir, las toallas, en fin, todo lo que había dentro de las tiendas.

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Aun así los monitores se lo montaron para que pudiéramos hacer el mayor número de talleres posible. Por la mañana los talleres de cooperación, relaciones afectivo-sexuales, drogodependencias, salud, primeros auxilios,… por la tarde malabares, pulseras, decoración, maquillaje, globoflexia, papiroflexia, etc.

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Pero por las noches, además de la cena…

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…teníamos las actividades más emocionantes, los monitores sí que se las curraban. La noche de miedo tenía hasta efectos especiales, incluida la lluvia, sonidos de cadenas,… lo más espeluznante eran los chillidos terroríficos de la gente que entraba en el circuito. Tienes que vivirlo para poder contarlo.

Pero sobre todo lo mejor fue la última noche, con la fiesta final, ahí se demostró que realmente habíamos aprovechado los talleres. Todo el mundo había aprendido algo nuevo: diábolo, zancos de rebote, baile, acrosport, monólogos, títeres, defensa personal,… Si la acampada durase 10 días acabaríamos siendo especialistas en cada uno de estos temas.

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El día de la despedida comenzó radiante, nos despertó una musiquita muy agradable a cargo de Toloco (Supermigue). Los rayos de luz y calor del Sol nos animaron y reconfortaron, después de tantos día de frío y lluvia. Nuestro amigo sensible se dio a conocer, hubo muchos besos y abrazos, todo esto terminó con muchas canciones (yyyyyyyy un tallarín y otro…) y muchos bailes (…frosqui…), primaba la camaradería de todas esas horas compartiendo el metro cuadrado de tiendas seca o esas galletas de chocolate a las 4 de la madrugada porque el hambre, el frío y la lluvia chocando contra la tienda no nos dejaban dormir.

No nos quejamos de la comida, ni del frío, ni siquiera de la humedad, nos quejamos porque tenemos que separarnos de todas esas maravillosas personas que hacen que no se pierda el espíritu de la acampada.

Todas estas experiencias nos harán más fuertes pero a la vez más sensibles para vivir una vida plena y feliz.

Gracias a todos los que han hecho posible esta acampada, incluido Noah (que está por nacer).